Jun 11, 2015

Leyenda: La Santa Trahamunda la “saudosa” o A Santa da “morriña”

 
Cerca de Pontevedra hay un monasterio mercedario, el de San Xoan de Poio, que está emplazado en un bello altozano que domina la ría de Pontevedra y que está rodeado de tupidos pinares, extensas huertas y verdes prados que terminan en la ría y justo enfrente, la isla de Tambo, en la que vivían unos ermitaños que tenían una capilla dedicada a Nuestra Señora de Gracia y allí residieron hasta que la isla fue invadida hacia 1589 por los piratas ingleses mandados por Francis Drake, en su guerra contra las flotas de Felipe II, quien arrasó la isla, prendió fuego a la iglesia y arrojó al mar las imágenes.

 
La imagen de Nuestra Señora de Gracia fue recogida por los pescadores de Combarro.

Lo que acabo de contar es sólo para que os hagáis una idea del lugar, pues para adentrarnos en el tema de hoy debemos de visitar el monasterio y más concretamente su iglesia pues allí, en un rincón de la capilla del Cristo, llama la atención por su antigüedad, tal vez del siglo VIII, un sencillo sarcófago visigótico que despierta nuestra curiosidad y nos lleva a investigar a quien pertenece.

La información recogida, nos cuenta que ese es el sepulcro de santa Trahamunda, santa casi ignorada en casi todas las iconografías religiosas y que es, aquí viene lo curioso, la patrona de la saudade o da morriña, sentimiento que ella padeció y de ahí que se la llame la saudosa o da morriña.


Para aquellos que no conozcan la lengua gallega, bellísima por cierto, la saudade también conocida por morriña es un sentimiento difícil de definir y que es una mezcla de soledad, nostalgia, añoranza, dolor, pesar y recuerdo causado por la ausencia de una persona querida, de la patria o de un tiempo feliz. Un sentir inexplicable e impreciso que como decía Rosalía de Castro: “que viene de no sé cuándo, de no sé dónde y de no sé qué”.

Cuenta la leyenda, que Trahamunda era una monja que vivía en el convento de San Martiño.

Nada más llegar la primavera del año 713, Ibn 

Nusayr emprendió campañas de conquista junto con Tariq. Por entonces, Mugith se traslado a Galicia, portando la orden califal de Córdoba de que tanto Ibn Nusayr como Tariq debían regresar de inmediato a Córdoba para dar cumplida cuenta en persona al califa. Ibn Nusayr se internó por tierras Gallegas en dirección al mar, obligando a los naturales del lugar a refugiarse en las montañas gallegas. Cuando los moros se internaron por Galicia una de las cosas que solían llevarse eran las mujeres hermosas para los harenes. Y prendado de la monja Trahamunda se la llevo consigo.

Trahamunda, que era joven y bellísima, fue llevada a Córdoba, y allí intentaron que renunciara a su fe pero ella se negó una y otra vez. Por lo que fue torturada y encarcelada.
La encerraron en una celda durante varios años y la saudade o morriña fue apoderándose de ella cada vez más hasta que en la víspera de la  noche de San Juan - tan celebrada en Galicia - fue invadida por un intenso sentimiento, una especie de dulce angustia de estar en su tierra con los suyos.

Se paso todo el día rezando y rogando tanto al cielo, como a su santo San Juan que le permitiese ir a pasar la noche, aunque fuese la ultima a su ansiado pueblo Poio (hoy San Juan de Poyo – San Xoa de Poio).

En su mazmorra al atardecer apareció un ángel que le dio una rama de palma, con la que viajó a Galicia transportada por el mismo ángel.  Más tarde, plantó la palma cerca del que hoy es el monasterio de Poyo donde germinó y se mantuvo hasta el siglo XVI. Y así pudo gozar de los fastos de la jornada y allí pasó devotamente el resto de sus días y al fin, allí fue enterrada.

Las gentes cuando supieron del prodigio comenzaron a rendirle culto y dicen que encomendándose a ella se hace más dulce y menos agobiante el sentirse lejos a uno, de su tierra, ósea saudoso o morriñoso.


También dicen que evita la sordera y los males del oído, quizás por esto puede ser más conocida, pero lo entrañable es que exista una patrona de la saudade o morriña.