Hay cientos de miles de
agentes inmobiliarios o realtors en
este país. Todos pueden venderle o comprarle una casa, pero no todos son
asesores expertos del área que le interesa, que le ayuden a encontrar la mejor
oportunidad para su inversión.
Según la Asociación Nacional de Agentes
Inmobiliarios NAR (National Association
of Realtor) California y Florida son los estados con mayor número de
agentes inmobiliarios con licencia activa. De hecho, en el 2012 la Florida tenía una población de 19,057,542
y un total de 108,616 agentes. ¡Increíble! Esto quiere decir 1 agente por cada
175 habitantes.
Con un número tan elevado de agentes, es muy
difícil seleccionar a un buen profesional. Por eso yo distingo a los agentes
que son vendedores y a los que son asesores. ¿Cuál es la diferencia? En dos
palabras: Conocimiento personalizado.
Un agente inmobiliario que se convierta en su
asesor personal tiene que:
1. Conocer perfectamente las
condiciones actuales del mercado: Tanto del mercado inmobiliario como del mercado financiero.
Pero saberlo todo sobre propiedades en todas las ciudades del estado (Hay casi
20 ciudades en la Florida con más de $100,000 habitantes) o incluso saberlo
todo sobre el área metropolitana de Miami con más de 5,4 millones de
habitantes… ¡ es imposible!
2. Especializarse en una zona
o especialidad (Farming): Sólo en Miami hay más de
20 barrios con miles de comunidades. Un asesor inmobiliario es especializa en
comercial o residencial y en una comunidad bien específica.
3. Conocer exhaustivamente
los datos de la zona y las tendencias: Cuántas propiedades están a la venta, cuáles
son los nuevos proyectos de desarrollo, cuál es el precio medio, cuántos días
llevan en el mercado, cuántos embargos, cuántas propiedades hay en alquiler,
etc.
4. Ser un miembro conocido en
la comunidad: Un buen asesor inmobiliario sabe y
tiene relaciones con los bancos, iglesias, escuelas, centros culturales,
promotores, constructores, inspectores, restaurantes, etc. de la comunidad en
que está especializado.
5. Ofrecer un servicio
individualizado y dedicación: Es imprescindible seleccionar a un agente que tenga el tiempo
de entender las necesidades y estilos de vida del comprador. Muchos grandes brokers no tienen el tiempo ni la dedicación
para ofrecer un servicio personalizado. Así que grandes compañías inmobiliarias
tienen garantía de profesionalidad, pero no siempre son la mejor opción cuando
el comprador busca un servicio personalizado.
6. Poder de negociación: La experiencia y las relaciones
laborales con otros colegas del sector hacen que un agente profesional tenga
mucho mayor poder de negociación que un comprador particular.
7. Orientar legalmente dentro
de sus funciones como agente: Aunque un agente profesional jamás actuará como abogado del
comprador ni aportará ninguna recomendación de naturaleza legal, un buen agente
conoce el sistema, los contratos y los procesos legales de la compra-venta. Ser
un asesor significa tener conocimiento y acceso a una serie de profesionales
del sector con los que ha trabajado con éxito y sin demoras en el pasado:
abogados, compañías de títulos, inspectores, seguros y otros servicios.
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