Hoy vamos a continuar con esa Vital herramienta de la cual
dependemos para lograr mantener una comunicación Efectiva con la persona que por
primera vez nos reunimos, o conocemos: “La Primera Impresión”, “La Imagen de
Primer Impacto”, “La imagen que es grabada por primera vez en la mente de la
otra persona. La que si no la sabemos manejar adecuadamente, podemos perder
muchas grandes oportunidades de negocio, amigos, relaciones, etc.
Como vimos en el anterior artículo
escrito en AEGUSA, tenemos un cerebro Alerta, un cerebro que está siempre
atento para indicarnos acerca de los peligros que podemos correr. También
conocimos que no pide permiso, que el Actúa y ¡YA! . Y que es muy importante,
vital, clave en la comunicación entre dos o más personas. ¿Por qué?
Bueno, vamos a ver qué es lo
que pasa: Cuando hay una reunión o entrevista entre dos, o más personas las
cuales se ven por primera vez; es decir ninguno tiene una imagen previa recordada,
“archivada”, de los otros; entra en funcionamiento el escaneo del Reptiliano y
emite una evaluación de cada uno de ellos, y dependiendo de esa evaluación va a
estar sesgada la comunicación en la dirección del juicio precalificado..
Un ejemplo práctico: Vamos a
suponer que vas a entrevistar a alguien para un puesto de trabajo en tu
empresa. Tú estás en tu oficina y de repente ingresa la persona. Tu Reptiliano
inmediatamente, en microsegundos lo escanea y emite una evaluación, un juicio:
¡Negativo! ¡Es una persona negativa!.
Bueno pues desde el momento
en que él te da la mano y te saluda, tú estarás pendiente de demostrarTE
que lo que tú has pensado de ella, es cierto. Tu cerebro necesita tener
coherencia con lo que piensa y lo que hace. Por lo tanto él se mantendrá alerta
para comprobar que lo que pensó, que lo que juzgó, que lo que te dijo de esa
persona …
¡ES VERDAD!. Estará atento para descubrir todas las cosas negativas
que la persona te diga. Esta te podrá decir cien mil cosas positivas pero
solamente una palabra que pronuncie y que se considere algo negativa, tu
cerebro va a decir… ¿¡Viste!? ¡Es una persona totalmente negativa! !Yo tenía
razón de mi presentimiento! ¡Yo nunca me equivoco!
Es decir, tu cerebro va a
estar pendiente toda la conversación, de las palabras que le refuercen su
evaluación prematura. Otorgándole poca importancia a las palabras, actos o
acciones que te puedan indicar lo contrario: “Que me pude haber equivocado en
mi juicio”; lo que equivale a decirme que no soy coherente. “Y solo los locos
no son coherentes” y “yo no soy un loco”.
Entonces pregunto: ¿Es
importante emitir una Primera Impresión positiva? ¿Sí o no?.
Claro que sí, ya
que si la emites positiva tienes el camino despejado para alcanzar el éxito,
tienes la puerta de la mente de la otra persona abierta para conversar
claramente y positivamente; la otra persona va a estar pendiente de las
palabras, gestos, acciones que tú emitas y que le reafirmen lo que él pensó de ti. Que eres una persona capaz,
exitosa, competente, con la cual se puede dialogar, con la cual se puede hacer
negocios, etc., etc., etc., Y a la vez tendrás la ventaja de que si dices
alguna estupidez, pues no va a tener mucho peso, ya que él evitará darle mucha
importancia a las palabras, acciones, gestos etc. , que vayan por el camino de
indicarle lo contrario, o anular la
opinión, que inicialmente tuvo de ti formada en esos primeros microsegundos de
la primera impresión..
Sabe, querido lector, las incontables,
y extraordinarias oportunidades que se
han perdido porque una persona evaluó
negativamente a alguien y le cerró su comunicación sin permitirle su Reptiliano
escucharlo imparcialmente?; ¿sabe cuántas parejas se dieron cuenta, tardíamente,
que era su media naranja pero cuando lo conoció le cayó antipático y no le dio
mayor oportunidad y se casó con otra (o)? ¿Sabe cuántos negocios no se dieron
porque una persona evaluó negativamente a alguien y no le abrió imparcialmente
la puerta de su mente? ¿Sabe cuántas grandes negociaciones se cayeron porque
alguien no tenía “buena química” con un inversionista?. ¿Sabe cuántas personas
han perdido amigos, y vecinos porque “no tenían buena química” con ellos desde
el comienzo? ¿Sabe cuántos jefes entrevistaron a excelentes trabajadores pero
por “no caerle bien” no lo contrataron? ¿Sabe cuántos vendedores han perdido
ventas por que su cliente “presintió que no era de confiar”? ¿Sabe cuántos
juicios se han perdido por no caerle bien al jurado? etc. etc. etc. ¡Cuántas
oportunidades perdidas por no generar la imagen adecuada a la mente de la otra
persona! Pero… Cuál es la imagen adecuada? ¿El Reptiliano
es un aliado o es un Obstáculo?... ¿Qué opina usted?
Muy bien, pero…siempre hay
un bendito “pero”, entonces puedo pensar que estoy sacrificado, mortalmente
crucificado ya que la primera impresión se puede decir que no depende de mí, de
las imágenes que yo emita, de mis pensamientos, de mi cara arrugada o abierta,
etc., sino de la opinión, evaluación que se forme el otro y que son
consecuencias de la calidad de las experiencias vividas por él. Tendría que
aventurarme e inmiscuirme en la vida de la otra persona para saber cómo
sentarme, qué ropa llevar, qué gestos hacer, cómo respirar, cómo caminar,…¡Qué
se yo!! etc. Entonces emitir una imagen positiva de primer impacto sería una batalla
titánica e imposible. ¿Es cierto?
Bueno pues hay una forma de
escaparse de la tiránica y drástica evaluación del Reptiliano de la otra
persona. Hay un camino por el cual podemos transitar para emitir una
extraordinaria primera impresión y obtener una altísima puntuación positiva en
la mente de la otra persona. Sólo un grupo reducido de personas la manejan (las
que asistieron a mis cursos) y le llamo “El Camino de Sanmartín”. (No se
equivoquen con “El Camino de Santiago”, aunque también hace milagros) Pero… el
bendito “pero”, eso es tema para el próximo artículo del Newsletter de AEGUSA.
Gracias.