San Francisco del Valle de Dios (en gallego,San Francisco de Val de Deus) es un monasterio franciscano
fundado a comienzos del siglo XIII en Santiago de Compostela, declarado
Monumento histórico artístico.
El convento primitivo se vino abajo a
comienzos del siglo XVIII y no
quedan de él más que cinco arcos apuntados que se conservan en el claustro
principal y el sepulcro de Cotolai.
Estos arcos estaban en la Sala Capitular, en la que Carlos V celebró cortes en 1520.
La reconstrucción, que conllevaba
cambiar la orientación de su iglesia, se inició en 1742, y no fue sin problemas, ya que los vecinos (especialmente los
monjes de San Francisco) se quejaban de la magnitud de la obra, que les quitaba
luz y ventilación y que, además, ocuparía tierras pertenecientes a los de San
Martín. La disputa se saldó rebajando la altura de la iglesia franciscana.
La renovación de la fábrica medieval
se inició con el arzobispo Maximiliano.
Las obras del nuevo templo siguieron
las trazas dadas por Simón Rodriguez.
La planta de la iglesia corresponde al tipo "jesuítico", en forma de
rectángulo en el que se inscribe una cruz latina.
La fachada de la iglesia, diseñada (en estilo barroco) en el siglo XVIII
por Simón Rodríguez, se impone en el
contorno por su tamaño. Fue ejecutada por Fray
Manuel Caeiro, no estando terminada aún en 1770, hecho que hace cambiar de forma perceptible adaptándose a los
principios neoclásicos.
La parte inferior es barroca y la
superior neoclásica y consta de tres cuerpos y tres calles. En la central
destacan cuatro columnas dóricas que flanquean una imagen de San Francisco ((obra de José Antonio Mauro Ferreiro Suárez ).
El segundo cuerpo está dominado por un enorme ventanal flanqueado por columnas
jónicas, sobre las que se apoya un frontón triangular. Las calles laterales
soportan los dos campanarios.
El atrio se encuentra varios metros por debajo del nivel de la calle
en un extremo, y delante de él, a ras de esta, se levanta un monumento a San Francisco realizado por Francisco Asorey en 1926.
El interior del templo también es
sobrio, aunque monumental. La planta es de cruz latina con tres naves- La
central, de cinco tramos, y el crucero cubierto por una bóveda de cañón con
cúpula de media naranja en las pechina, modificaciones de Fray Manuel Caeiro.
En la decoración del interior del templo se aprecia la impronta de Simón Rodríguez con la decoración de
placas y cilindros.
La sacristía tras la capilla mayor
tiene la misma anchura que el templo.
Contiguo al convento Domingo de Andrade realizó la austera Capilla de la Orden
Tercera, estructurada en una planta rectangular simple cubierta con bóveda
de cañón y una capilla mayor de planta cuadrada cubierta con una cúpula. El
retablo mayor fue realizado por Miguel de Romay en el 1714. Esta Orden fue
fundada por san Francisco de Asís, pero es de seglares.
A las naves laterales se abren quince
retablos, la mayoría realizados por Fray
José Rodriguez, lo mismo que el retablo central. Este último consta de tres
cuerpos. En el inferior,Santo Domingo de
Guzmán, fundador de la Orden de los Predicadores, y San Boaventura, primer cardenal de la Orden Franciscana, acompañan
una imagen de la Virgen Maria. En el segundo, una talla de San Francisco, obra de
Ferreiro Suarez tiene a su lado un escudo de la Orden de San Francisco y
otro con la Cruz de Tierra Santa y
las Cinco Llagas del Santo. En el
cuerpo superior hay otra talla de Santa
Clara y en el centro un libro
abierto.
LA LEYENDA Y
EL PRIMER MILAGRO FRANCISCANO EN COMPOSTELA.
Según La Historia de la Santa A. N. Iglesia de Santiago de Compostela
escrita por Lic. D. Antonio López
Ferreiro, Canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela en el año 1902.
“
Viniendo nuestro Padre San Francisco á visitar
al Apóstol Santiago ( año 1214 ) , hospedóle un pobre carbonero llamado Cotolay, cuya casa estaba junto á la ermita
de San Payo, en la falda del monte Pedroso. De allí se salía el
Santo al monte á pasar las noches en oración. Alli le reveló Dios era su
voluntad le edificase un convento en el sitio está llamado Val-de-Dios
y Val-del-Infierno; y sabiendo el Santo era
del monasterio de San Martin, pidióselo al P. Abad por amor de Dios y ofreció
ser su forero, y pagar en cada año un
cestillo de peces. Acetó el P. Abad, y de ello se hizo foro, firmandoi el
Santo, el cual dan fe los ancianos de San Martin han visto y elido. Habido el
sitio, dijo el Sanbto á Cotolay: Dios quiere que me edifiques un convento de mi orden. Respondió
Cotolay : que como podía un pobre carbonero. Vete á aquella fuente, dijo el
Santo, que allí te dará Dios con qué. Obedeció Cotolay y halló un gran tesoro
con que edificó este monasterio. Bendijo
Dios a la casa de Cotolay; casó noblemente; fue regidor desta ciudad y edificó
los muros della, que ahora van junto á San Francisco y antes iban por la
Azabacheria. Su mujer está enterrada en
la Quintana y Cotolay, fundador desta casa, en este lucilo, que para si escogió.
Falleció santamente el año del Señor de 1238.