Mar 3, 2014

INNOVAR O MORIR: Más de lomismo no hace futuro


Hace ya bastantes años, prefiero no recordar cuantos, escuché a un destacado profesor de universidad una frase que marcó mi vida.
La frase en cuestión fue: «Con más de lo mismo no se va a ninguna parte».
Me hizo reflexionar y fue una máxima en mi vida profesional. Una máxima muy certera. Una máxima muy rentable.
El mundo necesita innovación, que es lo contrario del más de lo mismo.

Los grandes saltos cuánticos del desarrollo, proceden de la innovación. Del cambio disruptivo, que hace que cambie la visión de las cosas, la visión de la vida, la realidad presente, para conducirnos a hacer las cosas de otra manera, de otro modo más eficaz, más ágil y casi siempre más poderoso, o, para hacer cosas que parecían imposibles.

Para innovar hay que soñar, hay que desear, hay que plantear y, final-mente, hay que ejecutar.
Pero innovando, se cambia el mundo, se crea futuro. El futuro no nace, se hace. Se hace acostumbrándose a ver las cosas de una forma diferente, a ver soluciones donde otros se paran, a romper barreras para algunos infranqueables.

Solo hace falta mirar hacia atrás, para poder actuar hacia adelante. Solo hace falta mirar hacia atrás, para darse cuenta de que lo que hace dos siglos era un sueño, una imaginación de escritores rupturistas, hoy es una realidad.

¿No es posible que lo que hoy soñamos mañana sea factible?
¿No es posible que la imaginación convierta la mediocridad en inteligencia?
¿No es posible que soñando seamos capaces de cambiar el futuro?

La realidad es que si se quiere se puede. Si se desea se tiene. Si se persigue se consigue.
Esta es la base del éxito, la base del cambio, la base de la recuperación de la estabilidad económica social. Porque creando, nos desarrollaremos y creceremos. Creando hacemos realidad lo imposible. Al final, resultará cierto aquello de que «lo imposible lo resolvemos de inmediato, para los milagros, tardamos un poco más». Tardamos, pero lo resolvemos. (...)

Fuente: El Correo de Andalucía
Autor: Julio Lage GonzalezDomingo 23 de febrero de 2014


No hacer más de lo mismo, debería ser parte importante de nuestro pensamiento de cabecera.

No hacer más de lo mismo, debería ser un hábito que impregnase nuestra forma de pensar y hacer cotidiana-mente en la vida.

Porque el que no hace más de lo mismo, el que se cuestiona lo establecido, es el único que puede encontrar nuevos caminos.

Y esto, que parece filosofía, es necesidad.

Nuestro entorno económico mundial, y especialmente el que más cerca nos rodea, precisa que sepamos crear nuevos caminos, basados en nuevas ideas, que permitan crear nuevos entornos productivos y como consecuencia, desarrollo económico social.

No podemos seguir viviendo del pasado. Ya lo vemos. A donde hemos llegado haciendo más de lo mismo en estos últimos años, no es ni sostenible, ni camino de futuro ni de creación de riqueza. Es camino de mediocridad.

Es camino contrario al crecimiento.

Hablamos de emprendimiento, pero ni realmente lo promovemos, ni realmente lo favorecemos. Y es una pena, porque es camino de creación de empleo y de sostenibilidad económica.

Hablamos de futuro, pero no lo preparamos, ni establecemos las bases para construirlo. 

Simplemente dejamos que todo siga igual y nos conformamos con el crecimiento vegetativo, que para nada es sostenible.

Y construir futuro, es crear producción, que genera riqueza y empleo.

¡Qué importante sería pensar don-de están nuestros espacios de oportunidad, como economía periférica que somos!

¡Qué importante sería pensar estratégicamente en cómo crear producción, no de lo de siempre, sino de alta intensidad en talento, que es de lo que tenemos, y de baja intensidad en capital, que es de lo que no tenemos!

¡Qué importante sería, comprendiendo cual es nuestra realidad económica social y nuestro entorno productivo, pensar en cómo desarrollarlo, en vez de copiar modelos que ni son compatibles con nuestra economía, ni con el tipo de entorno productivo y de consumo que tenemos!

Otros países, sobre todo asiáticos, lo han hecho, y han creado sus espacios de oportunidad y han establecido caminos sólidos de crecimiento y posicionamiento internacional. El único problema es que eso hay que mantenerlo y evolucionarlo.

No vale solo con hacer más de lo mismo.
No vale con crear algo, alcanzar el éxito, y luego se acabó.

El no hacer más de lo mismo es para siempre. Es una forma de vivir. Y, si lo hacemos, ya nada será igual. Saldremos del ostracismo y creceremos.

Crearemos futuro.

Que nuestros hábitos nos conduzcan al éxito.

Que nuestras ideas no se acaben nunca, pero sobre todo, que sepamos convertirlas en realidad.

Sin miedos.

Sin temor al fracaso, ni a las envidias ni a los celos.

Con fuerza para superar los contratiempos, con valor para ejecutar. Con empeño para resistir y como consecuencia, vencer.

Si hacemos esto, nunca nos arrepentiremos. Creceremos de la mano del desarrollo. 

Evolucionaremos de la mano del éxito.

Ayudaremos a llenar vacíos, crear oportunidades y potenciar nuestro desarrollo, el de nuestras empresas y el de nuestro país, que tanto lo necesita.

Y lo haremos de una forma sólida y sostenible.

Seamos valientes y decididos.

Solo de esta forma saldremos de la mediocridad. Solo de esta forma esta-remos entre los mejores. Solo de esta manera haremos progreso y desarrollo económico social.
Olvidemos el más de lo mismo y hagamos futuro.