Nov 9, 2015

Las frases que nunca debes utilizar con tus clientes




Mimar a los clientes es un punto importante del que ninguna compañía debería olvidarse. Especialmente en situaciones adversas, los consumidores buscan un trato personalizado, amable y eficaz. En este artículo te contamos cuáles son las frases que nunca deberías decir a tus clientes.

"Para ser honesto"
"¿Y qué has estado siendo el resto del tiempo?", puede pensar el cliente al que se lo dices. Es una frase muy recurrente, pero no es nada positiva. Evita malentendidos, hay mejores formas de hacer énfasis en tus intervenciones.

"Como ya he dicho/una vez más"
Es mejor cambiar estas expresiones por una frase más suave. Al cliente le puede dar la sensación de que te molesta repetirle las cosas y aunque te molestara de verdad no puedes dar esa imagen delante de él.

"Ha probado usted a enchufarlo/encenderlo, etc."
El cliente puede sentir que se está menospreciando su inteligencia con algunas preguntas básicas. Como, por lo general, no queda más remedio que hacerlas, especialmente si se trata de un servicio técnico, es más adecuado utilizar expresiones como "me puede hacer un favor y enchufar el aparato…".

"No voy a discutir con usted"
No debería llegarse nunca a este punto con un cliente, pero en caso de que esto sucediera, es mejor no pronunciar esta frase. Primero porque la discusión, probablemente, ya está en curso y segundo, porque el cliente puede sentirse menospreciado y no merecedor de su tiempo como cualquier otro cliente.

"Hay que hacer esto/se necesita tal cosa"
A los clientes no se les manda hacer cosas así como así, se les sugieren. Es mejor utilizar fórmulas como "sería conveniente que", pues estas no tienen un carácter exhortativo tan marcado e invitan a la acción más amablemente.

"Debes X dinero"
Hay muchas formas de decir a un cliente que debe pagar algo. Desde luego utilizar el verbo "deber" no es la mejor. Es más adecuado introducir la cuestión con una frase más conciliadora como "según muestran nuestros registros...".

Fuente: Forbes.es
Por Christian Rodriguez