Nace Mayo y renace otra primavera. Un año más a NOSA GALIZA se viste de gala, con su traje multicolor. Este es el mes más bello en la Galicia para pasear, desde la montaña al mar… Donde viviremos otra vez el relato natural, que nos emociona porque en ella late fuerte el corazón verde del país.
Volemos otra vez como las aves para descubrir el horizonte de la montaña y contemplar donde el verde prado rompe los ocres bañados por los ríos de agua viva. Si seguimos los senderos de la media ladera veremos cómo este es un viaje legendario donde, suceden historias nunca contadas…(Que yo seguiré contando en semanas posteriores)
Los megalitos hablan de vida y muerte porque se encontraron tesoros bajo sus losas.
Los castros cuentan en su perfil un pasado de alquimia.
Y cuando llegamos a una aldea vieja leemos la crónica de los siglos, escrita en la fachada de su románica iglesia, a traves de las huellas del caminante a Compostela.
Los ríos de discurrir tranquilo entre abedules de ribeira, que siguen la generosa ruta del paisaje abierto a la vida saludable. Algunos van camino del espacio protegido con laguna de ondas tranquilas, rodeada por un jardín natural, la estancia perfumada que ilumina cada día la luz inagotable de la primavera renacida.
Otros ríos, sin embargo, buscan en el mar una nueva estética y la emotividad de un encuentro con el infinito.
Hoy Galicia huele a flores silvestres en la montaña. A tierra cultivada en los valles. A días que tienen sabor a eternidad verde y serena. Y se mira a si misma embriaga por el paisaje azul de sus dos mares, desde los fulgurantes lugares.
Porque estamos en primavera y late mas fuerte su corazón verde.
Con Mayo renace la primavera para cambiar el traje policromático de esta Tierra. La montaña está llena de flores silvestres: brezo, chorima, mapoulas, margaritas. El río brilla sobre el lecho del valle reverdecido y el mar rescata la calma.
De gozar de las más bellas rías, que nos invitan a navegar sin riesgos…
Subamos pues a la montaña, donde la nieve se ha derretido para que el arco iris tiña el paisaje. La primavera protege al corzo que huye del lobo hambriento. Este es el fin del invierno.
Pisamos la Galicia más alta, la que deja en sus laderas el bosque fantástico, para destacar el color violado del brezo y el amarillo del toxo, sobre un sin fin de flores silvestres que nacen libres en lo alto de la cumbre. Ahí están, ya a nuestro alcance, el Courel del Piapaxaro; los inhóspitos picos de Trevinca; los Ancares de nuestra historia; y la renacida Serra de Queixa, con Manzaneda conquistada.
Descendamos por entre soutos y fragas de ladera, saltando como el agua que busca el río. Nos emociona también esta primavera de sol que hace brillar el agua clara, por eso buscamos la danza del río en la fervenza.
Es primavera y los ríos nos invitan a pescar y a disfrutar de lo que pescamos. La trucha, el salmón, la lamprea....
Claro que los ríos gallegos buscan siempre el mar para crear las hermosas rias, por donde navegan barcos escoltados por gaviotas. Junto a ellos, podemos también nosotros navegar disfrutando de este día de calma, en el que nos hechiza el brillo de la luz sobre el agua.
Cortesía de:
Santiago Lorenzo Sueiro
Presidente de Alianzagalega
http://alianzagalega.blogspot.com.es/
Santiago Lorenzo Sueiro
Presidente de Alianzagalega
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