Cuando una empresa proyecta una inversión de su capital
debe considerar esta gestión del riesgo ante los nuevos problemas que el mundo
de los negocios padece, según expertos.
Todas
las empresas prósperas, sin excepción, tienen que idear y decidir en algún
momento de su desarrollo a qué proyectos destinarán sus inversiones
del capital obtenido, para incentivar aún más el crecimiento
que hasta ahora han conseguido. Pero existen nuevos riesgos que
los expertos han detectado en esta etapa del liberalismo económico
contemporáneo que las empresas deben aprender a administrar.
Cuando una compañía decide invertir
su capital estamos hablando de proyectos,
tan simples o complejos,
como la renovación del mobiliario, nuevas contrataciones de personal, compra de
espacios físicos para otras instalaciones, compra de software y equipo
tecnológico, adquisición de otra empresa, apertura hacia otros mercados locales
y extranjeros y hasta la compra e inversión en acciones en los mercados de
valores.
Muchas proyectos se pueden concretar con el
dinero suficiente, “no obstante, en los últimos años la gestión de los
proyectos de inversión
de capital se ha complicado aún más debido a nuevas condiciones
como: trabajo en equipo con socios de diversas regiones, inmersión a nuevos
mercados y nuevas tecnologías así como la falta del talento y experiencia en
este tipo de proyectos”, menciona Accenture, firma especializada en
consultoría, tecnología y outsourcing.
Ante esta problemática -y sabiendo
que más de la mitad de los proyectos termina con retraso, impactando la
eficiencia del capital de las compañías-, Accenture identificó 4 principios fundamentales que comparten las empresas de alto desempeño en sus
modelos de gestión
del riesgo, que a continuación compartimos.
Los cuatro principios fundamentales para
una gestión efectiva del riesgo
1. Gestionar el proyecto de inversión de
capital como si fuera una empresa: Los administradores de proyecto deben pensar y actuar
como si el proyecto fuera una empresa independiente y medir el éxito en
términos de operación y financieros para el negocio. Esto se debe realizar a
través de una visión del riesgo como una disciplina y la alineación del apetito
y la tolerancia al riesgo del proyecto con el de la compañía. La organización debe
contar con herramientas (incentivos, cultura y gobierno) que concuerden al
nivel de riesgo predeterminado y se deben de crear alianzas de largo plazo con
proveedores que compartan esta visión.
2. Alinear a los socios del proyecto: Todos los involucrados deben de conocer la tolerancia al
riesgo, procesos y enfoque relacionados al mismo. Facilitar la gestión del
proyecto a través de un modelo de gobierno con una estructura clara donde las
decisiones se toman de manera eficiente de acuerdo a indicadores relacionados
al riesgo (Key Risk Indicators – KRIs); soportado por métodos formales de
medición y resolución de disputas.
3. Gestionar los riesgos No-Técnicos: Los riesgos más difíciles de cuantificar son aquellos
relacionados con la regulación, la participación de los tomadores de decisión,
la política local y con el impacto en la reputación de la empresa. A estos
riesgos generalmente no se les da seguimiento ni se miden. Es indispensable
tener una metodología que permita cuantificarlos, a partir de mejores
prácticas. Cuando estos riesgos son gestionados como riesgos tradicionales, y
se cuenta con un esquema de asignación de responsabilidades adecuado, se garantiza
que las personas correctas estén participando en la toma de decisiones y se
incrementa la eficacia del proyecto.
4. Utilizar enfoques cuantitativos
alineados a los objetivos estratégicos del proyecto: Todos los equipos de proyectos de inversión de capital
deben cuantificar y poner a prueba su exposición al riesgo por medio de la
utilización de técnicas cuantitativas. Para maximizar los beneficios a través
de enfoques cuantitativos es indispensable que: el equipo que toma decisiones
entienda los modelos y los resultados, y que se utilicen modelos que permitan
realizar pruebas a la exposición al riesgo – no sólo a partir de información
histórica – de manera que se pueda identificar el impacto de posibles eventos a
lo largo del proyecto y definir planes de contingencia proactivos.
“Las empresas deberán asumir que
cualquier proyecto a gran escala estará expuesto a riesgos interrelacionados de
un nivel
de complejidad nunca antes visto. Sin
una efectiva gestión no será posible identificar, evaluar, desarrollar planes
de contingencia adecuados y monitorear estos riesgos, y por lo tanto, los
objetivos del proyecto relacionados a tiempo, presupuesto, calidad y beneficios
asociados se verán afectados”, señaló Horacio Vergara, managing director de
Recursos en Accenture México.