Oct 16, 2015

Una Leyenda Celta en la zona de "A guarda"




 

Situémonos en la zona de lo que hoy es A Guarda ( La Guardia ), cuna de Angelina, (madre de Joaquín y a la espera de un biznieto), hace muchos, si digo, muchísimos siglos. Cuando en esas tierras se habían asentado los Gravios (una de las tribus más poderosas del pueblo celta).

Eilleen (Bella como el sol), hija de Kendrya (El Campeón) rey de un castro, había sido prometida en matrimonio a un hombre mayor que ella encontraba repugnante.

Desafiando el deseo de su familia, se negó a casarse. En lugar de ello, eligió a Brayan (El Fuerte) rey de otro castro cercano, como su futuro esposo, a quien se le apareció una tarde mientras él se encontraba con sus compañeros cazando en un cerro cercano.


Cuando el joven vio a Eilleen, quedo encantado con la visión de la hermosa princesa vestida de brillante oro, galopando en una poderosa yegua blanca. Ella pasó por su lado sin brindarle ni siquiera una mirada. Brayan intrigado, envió a sus siervos a capturarla y le pidió que se la trajeran. Pero estos regresaron y le informaron que, aquella mujer corría con tanta rapidez que parecía que su caballo apenas tocaba el suelo y que ni siquiera habían podido ver a donde se había ido.

Al día siguiente, Brayan regresó solo al cerro y, la princesa apareció montada en su yegua, la persiguió pero tampoco pudo alcanzarla. A pesar de que su caballo corría más rápido, la distancia entre ellos siempre parecía la misma. Por último, el se detuvo y le suplicó a ella que se detuviese.

¿Si veías que venía tras de ti, por qué no te detuviste? - preguntó el rey.
Porque no me lo habías pedido. -respondió la princesa.

Eilleen entonces le hizo saber que ella había venido en búsqueda del amor. Entonces Brayan tomó las riendas de la yegua para guiarla a su castro, pero Eilleen sonrió con ternura y sacudió la cabeza, diciéndole que deberían esperar un año para luego casarse.

Eilleen regresó al año, vestida como antes, de brillante oro, para saludar a Brayan en el cerro. Él estaba acompañado por su ejército, como corresponde a un Rey en su día de la boda.

Eilleen invitó a los hombres a seguirla por el enmarañado bosque.
En poco tiempo llegaron al castro de su padre, un lugar majestuoso rodeado por un lago.
Después de la boda, se hizo una gran fiesta para celebrar el matrimonio. Pero en medio de la fiesta estalló una pelea. El hombre al que una vez se le había prometido a contraer matrimonio estaba haciendo una escena, argumentando que no se debía permitir a la joven princesa, que se case con alguien que no fuera de su pueblo.

Eilleen se alejó discretamente del lado de su marido, para hacer frente a la situación. Y usando un poco de magia, convirtió al hombre en un tejón y lo atrapó en una bolsa que tiró en el lago. Desafortunadamente, él logró escapar y más tarde volvió a causar grandes estragos en la vida de Eilleen.

Eilleen fue acogida con satisfacción por la gente de su esposo y admirada por su gran belleza y su hermoso canto. Sin embargo, dos años pasaron sin que quedara embarazada del heredero al trono. La cuestión de su sangre, su "aptitud" para ser reina comenzó a ser puesta en duda. Pero afortunadamente, al año siguiente, ella se quedó embarazada y tuvo un saludable hijo.

Una noche, cuando se despertaron, encontraron la cuna vacía, por lo que la princesa fue culpada de no poder cuidar ni de su propio hijo.

Por lo cual fue condenada a llevar sobre su espalda a todos los visitantes que fuesen a la fortaleza de su esposo (castigo habitual entre las tribus celtas). Durante cuatro años Eilleen estuvo en la puerta de castillo, contando a todos los visitantes la historia de su delito.

En el otoño del cuarto año, tres desconocidos aparecieron en la puerta. Eran un hombre bien vestido, su esposa, y un chico joven. Eilleen se levantó para saludarlos diciendo: "Señores, estoy aquí para llevarlos sobre mí a cada uno de ustedes a la corte del Rey, porque he matado a mi único hijo y este es mi castigo". El hombre, su esposa, y el niño desmontaron.

Mientras que el hombre levantaba a Eilleen, el niño le entregó un trozo de vestido de bebé. Eilleen vio que era de la tela que había tejido con sus propias manos. El muchacho entonces le sonrió y ella reconoció que tenía delante de los ojos a su hijo, Pryderi.

Cuatro años antes, durante una gran tormenta, el noble agricultor fue llamado al campo para ayudar a una yegua en el parto. Entonces oyó el llanto de un bebé que estaba abandonado, él y su esposa se quedaron con el bebé, y lo criaron como si fuera propio. Cuando los rumores de la suerte de la princesa Eilleen llegaron a sus oídos, se dio cuenta de lo que había sucedido y quisieron devolver el niño a sus padres.

La mayoría de las leyendas sugieren que el raptor fue el tejón, aquel antiguo pretendiente que enfurecido porque Eilleen lo había rechazado, había escapado y había tomado venganza, secuestrando a su bebé.

El muchacho fue reconocido rápidamente cómo hijo del Rey Brayan. La princesa Eilleen fue restaurada en su honor y recuperó su lugar al lado de su marido.