
La imagen de Nuestra Señora de Gracia
fue recogida por los pescadores de Combarro.


Para aquellos que no conozcan la lengua gallega, bellísima por cierto, la saudade también conocida por morriña es un sentimiento difícil de definir y que es una mezcla de soledad, nostalgia, añoranza, dolor, pesar y recuerdo causado por la ausencia de una persona querida, de la patria o de un tiempo feliz. Un sentir inexplicable e impreciso que como decía Rosalía de Castro: “que viene de no sé cuándo, de no sé dónde y de no sé qué”.
Cuenta
la leyenda, que Trahamunda era una monja que vivía en
el convento de San Martiño.
Nusayr emprendió
campañas de conquista junto con Tariq.
Por entonces, Mugith se traslado a Galicia, portando la orden califal de
Córdoba de que tanto Ibn Nusayr como
Tariq debían regresar de inmediato a
Córdoba para dar cumplida cuenta en persona al califa. Ibn Nusayr se internó por tierras Gallegas en dirección al mar,
obligando a los naturales del lugar a refugiarse en las montañas gallegas. Cuando
los moros se internaron por Galicia una de las cosas que solían llevarse eran
las mujeres hermosas para los harenes. Y prendado de la monja Trahamunda se la
llevo consigo.
Trahamunda, que era joven y bellísima, fue llevada a
Córdoba, y allí intentaron que renunciara a su fe pero ella se negó una y otra
vez. Por lo que fue torturada y encarcelada.
La encerraron en una celda durante
varios años y la saudade o morriña
fue apoderándose de ella cada vez más hasta que en la víspera de la noche
de San Juan - tan celebrada en Galicia - fue invadida por un intenso
sentimiento, una especie de dulce angustia de estar en su tierra con los suyos.

En su mazmorra al atardecer apareció un ángel
que le dio una rama de palma, con la
que viajó a Galicia transportada por el mismo ángel. Más tarde, plantó la palma cerca del que hoy es el monasterio de Poyo donde germinó
y se mantuvo hasta el siglo XVI. Y así pudo gozar de los fastos de
la jornada y allí pasó devotamente el resto de sus días y al fin, allí fue
enterrada.
Las gentes cuando supieron del prodigio
comenzaron a rendirle culto y dicen que encomendándose a ella se hace más dulce y menos agobiante el
sentirse lejos a uno, de su tierra, ósea saudoso o morriñoso.
También
dicen que evita la sordera y los males del oído, quizás por esto puede ser más
conocida, pero lo entrañable es que exista una
patrona de la saudade o morriña.